jueves, 11 de octubre de 2012

Haya tranquilidad a ambos lados del Ebro (++)

El doble problema de la educación en España es el bajo nivel de conocimientos transmitidos y el adoctrinamiento.  En el informe PISA (un control rutinario internacional del nivel educativo de los estudiantes en los institutos) nuestros estudiantes tienen un nivel bajo que no se corresponde con nuestro nivel de desarrollo. El adoctrinamiento se da en asignaturas como "Educación para la Ciudadanía" (modificable al gusto de los políticos) o, por ejemplo, en la asignatura de historia en Cataluña (véase antigua intervención del diputado catalán Antonio Robles (Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía) en la comisión parlamentaria de la Generalitat).

¿Qué es adoctrinar?
Básicamente es hacerle tragar ideas o creencias a una persona y decirle que son hechos indiscutibles.

Ayer el Ministro de Educación del Reino de España, el popular José Ignacio Wert, dijo que quería españolizar a los alumnos catalanes para que se sintiesen bien con su identidad catalana y española. En Cataluña, estas palabras han sido criticadas sin hacer autocrítica por gran parte de la clase política.
Me pregunto:  ¿Qué harán con los estudiantes franceses que estudien en Cataluña?  Broma aparte, el señor ministro debería darse cuenta de que la educación no está para implantar identidades.  El desarrollo y la configuración de la identidad de una persona son... un asuntos personales, no estatales.  Lo que puede y debe hacer el sistema educativo español es decirle la verdad a los alumnos y darles instrumentos intelectuales para que puedan ser libres, independientes y responsables en relación a la sociedad.
El ministro desea que los estudiantes estén orgullosos (!) de ser españoles y catalanes. Pero él debería darse cuenta de que el orgullo es un vicio.  El orgullo es una máquina de hacer nacionalistas que falsean la historia para mantener una fanática unidad en torno al "líder" o a un grupo de granujas.
Es cierto que una nación (entendida como un conjunto de personas) debería de estar compuesto de patriotas (personas que aman los bienes materiales, intelectuales y espirituales de un país en beneficio de todos sus compatriotas y de los que quieran serlo).  El patriota se esfuerza por crear nuevos espacios de libertad en la sociedad y no impone sus creencias por vía legislativa.  El patriota busca tender puentes entre las personas, no colonizar conciencias. Procura dar ejemplo y no imponer un tipo de comportamiento. ¡Ah! El patriota tiene el valor de buscar la verdad y de mostrarla aunque no sea agradable.
Para colmo ayer se dictó una sentencia que parecía una metáfora de la situación nacional.  Pienso que la nación española tendrá que amar mucho y evitar múltiples discordias que algunos fomentarán.  Todo se deberá hacer con tranquilidad porque no podemos permitir que los políticos diseñen nuestra identidad desde una oficina ni que se inocule en la sociedad un pensamiento maniqueo que diferencia entre personas buenas y malas, en vez de diferenciar entre lo bueno y lo malo.
En esta situación, la familia es una importante defensa ante las manipulaciones de los políticos. Porque si bien la escuela puede enseñar muchas cosas útiles, los principales responsables de la educación (profesional, académica, moral y religiosa) de un hijo son sus padres.