Ante un asesinato, ante un acto violento, ante el mal en general... todo el mundo debería pedir a Dios ayuda para no peder la cabeza y para hacer un uso bueno, recto y estricto de la razón.
No se dejen llevar por los sentimientos, pero que los sentimientos le ayuden a actuar de acuerdo con la razón y la fe.
El que lea esto es libre de creerme o no.
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